Felicidad
¡Que pobres eramos!.
Por no tener no teniamos ni platos ni vasos.
Mi madre ponia la sarten de migas y un cuenco con agua del que bebiamos todos.
Y mi pobre padre trabajando de sol a sol.
Y mi madre...nunca conoció la palabra vacaciones ni supo lo que era comer fuera de casa.
Por eso ahora, cuando despierto y veo todo esto, tengo que ser feliz.
Reflexiones en voz alta en la cama al despertar un domingo.
Me ha encantado estas palabras de mi pareja.
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