Las niñas caprichosas
Las niñas caprichosas también tienen su encanto. Y a veces, este encanto se rompe en miles de pequeños trozos. Cada vez que se rompe van quedando mas huecos, como piezas que faltan en un puzzle, como pequeños desgarros que son para el alma.
Y con la edad, cada vez tiene menos encanto recomponer ese galimatias de experiencias, vivencias y seres acoplados.
Las niñas caprichosas también pueden ser encantadoras, dulces, cariñosas, tímidas, deliciosamente educadas. Y todo ello cuando se rompe puede convertirlas en aburridas, tristes, inseguras, nerviosas y todos aquellos pequeños detalles que las acercan a las niñas normales.
Las niñas caprichosas también son humanas, y sufren y sienten ganas de cerrar los ojos, evocar sensaciones agradables mientras las lagrimas inundan sus mejillas.
Son eso, solo niñas caprichosas que a veces les toca ser humanas.